MORROPON DESPIERTA

Morropón despierta

Martín Cornejo Cornejo

Inquietud, comentarios, curiosidad, rechazo, y sobre todo simpatía, ha despertado la aparición en las redes sociales de diversas cumananas donde se expresa cierto malestar con algunos aspectos de la gestión municipal en nuestro distrito. En los últimos días muchas `personas se me han acercado para comentarme y pedir mi opinión al respecto. Algunas de ellas, simpatizando con este hecho y otras condenándolo, aduciendo que los autores se esconden en el anonimato y en nombres ficticios. Aquí quiero manifestar algunas opiniones al respecto más a la forma que al fondo del asunto. Me reservo mis opiniones sobre el fondo por respeto a sus autores y por no desvirtuar algo que considero muy original y auténtico.

En muchas partes, las redes sociales han reemplazado las formas tradicionales de hacer protesta y de expresar lo que algunos sectores de la población, principalmente los jóvenes, piensan y sienten sobre la forma como sus autoridades y líderes actúan y los intereses que los mueven a tomar determinadas decisiones. Muchas de ellas en evidente contradicción con lo que la población considera correcto. Si bien en los años setentas y ochentas se decía que las paredes eran los murales del pueblo, ahora podemos decir que las redes sociales son los murales de los jóvenes. A través de ellas, estos jóvenes, cansados de las formas tradicionales de protestar, han encontrado una forma rápida, barata, masiva y eficiente de comunicarse y transmitir lo que piensan. En ese sentido, merecen mis respetos y admiración. Desde siempre, las diversas generaciones han buscado las formas de expresar sus descontentos y temores y las nuevas generaciones la han encontrado en estas redes que actualmente están al alcance de todos. Basta abrirse una cuenta en una de ellas y se tiene acceso a una serie de información y lo que es mejor, a expresar lo que en otras formas tradicionales es difícil hacerlo sea por los costos, tiempo o por su inaccesibilidad (diarios, radios,etc). Además todos sabemos que desde hace muchos años, los partidos políticos han dejado de cumplir el rol de intermediación entre los gobernantes y los ciudadanos para convertirse solamente en maquinarias electorales, cuyos líderes muchas veces terminan pactando con quienes asumen el poder a cambio de prebendas y beneficios personales o familiares.

En mayo pasado, cientos de jóvenes se apostaron en la Plaza del Sol en Madrid España, en lo que llamaron el movimiento de los indignados. Protestaban contra las medidas de ajuste económico y social planteadas por el gobierno español para hacer frente a la crisis económica que atraviesa dicho País, y que se expresa en una desocupación que afecta a más del 20% de la población. Sin liderazgos claros y utilizando las redes sociales y los mensajes de texto, estos jóvenes se citaban y se apostaban en la Plaza para expresar su rechazo a dichas medidas. Luego lograron movimientos de apoyo semejantes promovidos por jóvenes de diversas partes de Europa.

En agosto, miles de jóvenes y adultos salieron a las calles de Londres y otras ciudades de Inglaterra, primero para protestar por la muerte de un joven negro de 29 años, asesinado de un certero balazo en la cabeza por la policía; y después para expresar su inconformidad por diversas situaciones de exclusión en Inglaterra. Al igual que en España, en esta ocasión no hubieron liderazgos claros, al menos de los tradicionales que conocemos, y fueron las redes sociales el vehículo que permitieron convocar a miles de jóvenes que se volcaron a las calles y cuya protesta degeneró en saqueos, violencia y muertes. El mensaje claro y sencillo en las redes era “Si tienes algo contra qué protestar, ven únete a nosotros, te esperamos en la esquina de ….. a las …. Horas. Este mensaje era suficiente para convocar a los jóvenes.

Recientemente en Chile, han sido los jóvenes de los colegios y las universidades públicas los que han puesto en vilo al gobierno de Piñeira protestando por una mejor educación pública. Una de las últimas marchas logró convocar a más de cien mil personas entre estudiantes y padres de familia y obligó al gobierno negociar una serie de reformas. Y han hecho que hoy Piñeira sea el presidente chileno con más baja aprobación desde la recuperación de la democracia en 1990.

Guardando las distancias, lo que sucede en nuestro distrito, tiene de común con estas protestas la utilización de las redes sociales como vehículo para convocarse y expresarse y la falta de caudillos o líderes políticos en su convocatoria. Lo diferencia sí la forma creativa y única de expresarse a través de una expresión de arte popular como son las cumananas. Pero no olvidemos que en gran parte de nuestra historia distrital, las cumananas y las décimas han sido utilizadas para expresar el descontento de la población contra hacendados, curas, jueces y otras formas de autoridad que no respondían a lo que la población esperaba de ellos.

Esperamos pues que lo que esté sucediendo en nuestro distrito, lejos de terminar en actos de violencia, permita la apertura de un diálogo alturado entre nuestros gobernantes y la población donde se puedan expresar y esclarecer todas las dudas y reclamos, y sobre todo, permita corregir o mejorar aquello que pueda estar marchando mal en la gestión.

Recordemos siempre que los titulares del poder somos los ciudadanos y que delegamos este poder en las autoridades legítimamente elegidas para que nos representen y gobierne. Y que la gobernabilidad depende del grado de sintonía que haya entre el actuar de las autoridades y las aspiraciones de la población.