jueves, 20 de octubre de 2011

EL VUELO DEL MORRO



EL VUELO DEL MORRO


JOSE LUIS CARLIN RUIZ

Hace algunos días me informaron que habían retirado de la página web de la Municipalidad Distrital de Morropón el link de http://morroponpiura.blogspot.com, blog del cual soy autor y administrador y en el que comparto infinidad de información sobre el distrito de Morropón y donde también expreso mis puntos de vista sobre la actualidad local, al parecer las diferencias políticas fueron la razón de este hecho, muy bien, entré para asegurarme si era cierto y ¡oh sorpresa! mientras la pagina esta en “loading” se puede apreciar un dibujo que se parece mucho al escudo de Morropón, una vez que carga, se puede ver claramente este grafico, lo mire sorprendido y con nostalgia a la vez, recordé entonces, aquellas horas que se hacían fugaces al escuchar y entender a Don Pedro Alvarado, interminables horas que se convertían en minutos y que me llevaban a los mas profundos y mágicos secretos de la cultura morropana, ahí fui que conocí al Ave Morro, aún recuerdo a Don Pedro, parado frente a mi, con los hombros encogidos y poniendo cara de misterio para detallarme como se veía al ave Morro, elegante, imponente, lúgubre, esquiva, fuerte, ágil, de colorido plumaje, azul en sus alas y el cuerpo verde, sobre su cabeza tres plumas le hacían mas vistoso, su pico encarnado…ese era el Ave Morro que surcaba las Pampas de Moskalá, mientras los pobladores le gritaban Morro pon tu huevos Morro pon… Carlos Sanchez Amaya la inmortalizó en el que sería nuestro Escudo, que mejor tributo a esta ave, auténtica representante del imaginario popular y que encarnó a través de la historia en cada uno de los niños, jóvenes y adultos, ciudadanos de Morropón, ave que le dio el nombre a nuestra querida tierra, “Carlitos”, hizo que el ave se posara sobre la parte superior del escudo con su mirada penetrante, atenta, misteriosa, testigo de la forma de vida de nuestros antepasados, testigo de tantas historias tejidas a lo largo de los años…sin embargo ese día ya no estaba…
¡vaya! modificaron a su gusto y antojo a uno de nuestros símbolos, nada mas y nada menos que el escudo de Morropón; tal vez mas estilizado, nuevos colores y nuevas formas, ¿mas moderno?; modificaciones que parece no le gustaron al mìtico Morro, no le gustaron y alzo el vuelo, tal vez regresó a su antiguo hogar, allá en un desconocido y secreto paraje en el Cerro de la cruz, esperando que algún día regresen verdaderos representantes del pueblo que lo vuelvan a acoger.
En su lugar atraparon a un desconocido pájaro que no se parece en nada al imponente y legendario Morro, tiene el pecho color amarillo, las alas verdes, su cabeza es de plumaje blanco y tiene otra manera de posarse, parece una mezcla de águila, con cabeza de cisne, no puedo identificar que clase de ave sea. Quizá este cambio sea insignificante para algunos, claro tal vez hemos sido un tanto irresponsables e indiferentes con nuestra historia mezquinos tal vez y no supimos aprovechar el tiempo que pudimos atender y entender a Pedrito Alvarado, tal vez nos confiamos de que a nadie se le ocurriría modificar de la noche a la mañana uno de nuestros emblemas, es como si al Presidente Ollanta Humala se le ocurriera de pronto sacar a la vicuña de nuestro Escudo Nacional y en su lugar poner una llama o guanaco. No es nada personal, se trata de identidad querido lector, se trata de amor por tu tierra, por tus costumbres, por lo que te enseñaron, por lo que viste, aprendiste y vives aún, se trata de valorar lo nuestro, nuestras raíces, nuestro pasado
Para entender mejor mi opinión personal voy a transcribir lo que aparece publicado en mi blog y que es la verdadera historia de este símbolo morropano y también la historia del Ave Morro contada en su momento por su creador (le pido por favor amigo lector, ponga especial atención en la descripción de nuestra querida ave):

HISTORIA DEL ESCUDO DE MORROPON

El hermoso escudo de Morropón debe su autoría al recordado CARLOS SANCHEZ AMAYA, cada uno de sus elementos tiene un gran significado:

EL AVE: El ave que aparece en la parte superior del escudo es el legendario y mítico pájaro llamado MORRO, de hermoso plumaje azulado en las alas, verde el pecho y el cuello, cola amarilla y pico rojo, con peineta verde sobre la cabeza y de canto melodioso, la aparición de esta ave era señal de abundante cosecha, los pobladores le invocaban gritando Morro pon tus huevos Morro pon…

El sol: Astro imperial de oro topacio, Dios de nuestros antepasados que irradia dando energía

EL CERRO: A 2 Km. de Morropón, se levanta el cerro de la Cruz, majestuosa montaña que como dijera López Albújar se convierte en el eterno guardián de nuestro pueblo, de forma piramidal, en su cima fue colocada por los hermanos misioneros el 06 de enero de 1855 una cruz, desde ahí este cerro tiene el nombre con el que le conocemos

EL LOCAL MUNICIPAL: Significa el pueblo

EL CAMPO VERDE: Simboliza las fértiles tierras que el habitante morropano trabaja diariamente para subsistir.

LA FECHA: Significa el año en que Morropón es elevado a la categoría de Distrito por la R.S. del 2 de enero de 1857, durante el Gobierno del mariscal Castilla

LA ESPÍGA DE ARROZ: Cultivo tradicional y fuente alimenticia del agricultor morropano

LA CINTA CON LOS COLORES DE NUESTRA BANDERA PERUANA: Significa el patriotismo la pertenencia y la identidad con esta tierra peruana que caracteriza al poblador morropano.


SOBRE EL "AVE MORRO" Y SU PRESENCIA EN EL ESCUDO AL DISTRITO

EL TOTEM “MORRO”.- primero definimos la palabra: “tótem”: Objeto de la naturaleza, generalmente un animal, que en la mitología de algunas sociedades se toma como emblema protector de la tribu o del individuo, y a veces como ascendiente o progenitor.

En tiempos remotos cuando aun éramos Moskalá se hablaba de esta hermosa ave llamada “MORRO”, y se le describe como un ave fuerte, ágil de colorido plumaje azul en sus alas y el cuerpo verde, sobre su cabeza tres plumas le hacían mas vistoso. Ave solitaria de aspecto a veces lúgubre como si sus alas fueran brazos encogidos, era considerada ave de buen o mal augurio según su comportamiento, la gente le pedía que ponga sus huevos por que eso aseguraba que las cosechas durante el año sean buenas.

Para Morropón esta ave tiene mucho significado, gracias a esta leyenda se explica el origen de su actual nombre y aparece en la parte superior del Escudo al Distrito de Morropón.


Invoco a las y los estudiantes a las y los amigos docentes, a las autoridades a la población en general, a tomar conciencia de nuestra cultura, no solo se trata de vivir y hacer lo que debo hacer, se trata de ver que puedo construir, que puedo mejorar, se trata de mirar a nuestro alrededor y darnos cuenta de lo que esta pasando, que pasaría si a un niño le dejan como tarea “dibujar el escudo de Morropón, y de pronto visita la web municipal y copia ese dibujo, ¿será el inicio del rápido proceso de extinción de esta mítica ave y por consiguiente el cambio de nuestros símbolos? ¿Será que nuestros niños no tienen que saber lo que a nosotros nos enseñaron?
Es hora de hacer un alto y contemplar nuestra historia, estamos dejando que se desvanezca, ayúdame amigo lector, morropano o morropana, amigos y amigas de nuestro pueblo a continuar en esta tarea que inició Don Pedro Alvarado, ayúdame a continuar construyendo la historia de nuestro pueblo, si no lo hacemos nosotros ¿Quién lo hará? Hagamos que el Morro, vuelva hagamos que Morropón siga siendo Morropón.


Morropón octubre del 2011



martes, 11 de octubre de 2011

MONSEÑOR TONDERO

MONSEÑOR TONDERO

MIGUEL GODO CURAY


Morropón, tiene un nombre curioso. Dicen que es el nombre de un ave que cuando anida conjura en un santiamén la sequía. Por eso los agricultores cuando lo contemplan en su raudo vuelo le dicen “Morro pon”. Ahí nació Monseñor Pablo Alvarado Arrate. En su propio decir “bajando de Pambarumbe”. Vio la primera luz en la mentada calle de Los Ángeles. Fue hijo de de don José del Carmen Alvarado Lamadrid y de doña Elvira Arrate Córdova, morropanos de pura cepa.

Según refieren, siendo churre, estando en la hamaca lo sorprendieron cara a cara con un macanche. El ofidio finalmente saltó sin hacerle daño a la criatura. Su padre maestro de Capilla le inspiró desde su niñez amor por la música. Pero ignorando su vocación le advirtió que un cantor de iglesia no puede andar haciendo gorgoritos y requiebros en los chicheríos. Los estudios religiosos en la secundaria los hizo en el seminario Santo Domingo Savio de Piura al lado de cultos y entusiastas sacerdotes salesianos. Sinesio López, quien también estuvo por estos predios espirituales evocaba el sonoro latín de los profesores y fragmentos de poemas de D’anunnzio. “La diestra espiritual sobre un salterio, / solemne y taciturna,/ una mujer vigila en el misterio / de la hora nocturna.

Pablo Alvarado, realizó luego estudios teológicos en el Seminario santo Toribio Mogrovejo (Lima). Posteriormente estudió pedagogía en la Escuela Normal Superior Guzmán y Valle. El entonces Obispo de Piura Monseñor Hinojosa Hurtado lo envió a la Universidad Católica de Chile. En 1963 viajó a Roma al seminario Pío Latino uno de sus recordados paisanos y más querido amigo fue el padre Eduardo Palacios Morey. Con quien fue testigo de las deliberaciones del Concilio Vaticano II. Luego continuaría por Madrid y luego de retornar al Perú.

Fue en la estancia europea en donde surgieron sus mejores composiciones musicales. Valses y tonderos, himnos y tonadas en las que estaba presente el Morropón de la ausencia. La música le brotaba del alma, con el solo golpe de las manos surgían las composiciones de la santa tierra. Tonderos y tristes que tarareaba con lágrimas en los ojos. Alguna vez en el atelier piurano de Engelberto Ramírez, contemple un retrato de Monseñor sonriente. En la tiniebla y con la luz de la vela le repliqué al artista “sólo falta que cante”- Y en efecto Monseñor tenía en sus oídos las tonalidades y los requiebros del tondero.

De Morropón es también Felipe Cossío del Pomar, nuestro insigne pintor de cuyo pincel brotaban angelitos de rostros mestizos y encarminados como los de los altares de los talladores indios. Al escritor Enrique López Albújar, que también vivió en estas tierras yungas, le brotaron historias surgidas en las noches de conversa de las bíblicas abuelas y los lances valerosos de los bravos.
Recuerda don Enrique que a toque de reloj marchaba con unción a recibir su ración de alimento intelectual en la escuela. Morropón era como hoy no un pueblo con escuela sino una escuela con pueblo. Anota el ilustre escritor: “Lindo pueblo, bravo pueblo, rico pueblo, tanto, que nunca le faltó pan para poner raya el hambre, para apostar sombrereadas de plata por un gallo de pela, regar puñadas de cuatros y pesetas en un golpe de arpa…” Monseñor tondero cerró sus ojos. “Ay tondero, ay tondero de mi tierra/ en mis venas, en mis venas vives tú”. Eternamente añado yo.