miércoles, 10 de junio de 2009

PEON DE MI PROPIA TIERRA

(El Secreto del Pilan - II Parte)


JOSE LUIS CARLIN RUIZ



Siempre me había preguntado: ¿Qué se siente tener poder? Hace algunos días, me dijeron que no debía alegrarme porque cada día que pasaba se me terminaba el poder, ¿El poder?, si el poder, pues actualmente desempeño un cargo publico, pero creo que cada día que pasa, gano más bien poder, si, porque vivo con el pueblo, aprendo del pueblo, sufro, río y lloro con el pueblo, veo y siento sus necesidades, veo pasar el tiempo y con ello se va construyendo la historia, y el hecho de que los días pasen, no me pone triste; …Gano amigos y enemigos, personas que creen en mi y otros que discrepan; de acuerdo con unos en desacuerdo con otros. Se fortalece en mi, el hecho de ser conciente y estar convencido del valor de mi pueblo, de su gente, de su agua, de su aire y de su arte, de sus campos de cultivo y de sus bosques, de sus tierras, de aquellas tierras que fueron del hacendado, del hombre adinerado y pudiente, de aquel que miraba al negro, al cholo, al indio con desprecio, a aquellos que sol a sol, doblaban la cintura para cultivar la tierra, mientras el patrón sentado a la mesa admiraba su riqueza…

Aquellos tiempos pasaron y Morropón se volvió tierra de arrozales, de pequeños productores, que aun de la media hectárea, llevan por lo menos, el alimento del día a su casa, cuanto sacrificio, cuantos deseos de ver crecer ese pedacito de tierra para amarla, cuidarla y sirva después para los hijos….

Para algunos, tener tierras ha significado trabajo, sacrificio, empeño y grande ha sido la satisfacción tenerlas, pero mientras mas grande es el espacio de tierra, mas poder se le da al hombre, pero ese poder a veces ciega sus ojos y también su alma:

20 años, durante veinte años, cuidaron 750 has que se extienden a los pies del Pilán, en la que emergieron árboles y las aves se refugiaron en sus ramas, ¡que lindo bosque!, cuanto daríamos por ver ese bosque reverdecer siempre; dicen que parte de las 750 has fueron antes tierras de cultivo, y después durante 20 años han sido propiedad de 25 comuneros que ahora decidieron vender 150 has. El bosque y la fauna que allí creció, no estarán más…

Ay¡ hermano ¡te alegras porque te dijeron que no sólo te las comprarían sino que podías trabajar en ellas como peón…!

Se tranquilizan y dicen: -nos quedan 600 has. Pero ahora rehusaron que la Municipalidad invierta en el manejo del bosque, rechazaron un proyecto que se iniciaba con casi S/. 30,000.00 nuevos soles; rechazan el proyecto y con ello también la posibilidad de que los hombres y mujeres de Solumbre tengan una oportunidad de empezar un nuevo camino al desarrollo. Han hecho la promesa de dejar libre el área para que la gente lleve su ganado a “pastear” y pueden seguir extrayendo leña.

No creen en la institución que los representa y alegan muchas cosas, pero no hay pretexto que valga la pena discutir para aceptar la venta de tierras. En el contexto que actualmente vivimos, es importante cuidar lo poco que tenemos; la oportunidad de tener lo nuestro ya se dio y no volverá a darse, nunca más…¿Volveremos a la época del hacendado?

Ante la negativa del comité de los 25, al proyecto de FORTALECIMEINTO DE LA GESTIÓN Y MANEJO DEL AREA NATURAL PROTEGIDA EN EL CASERIO DE SOLUMBRE, la Municipalidad Distrital de Morropón cambiará los lineamientos y objetivos del proyecto y trabajará en solamente 50 has; de las que si son dueños todos los pobladores de Solumbre, eso es lo único que tienen y sobre eso, se espera iniciar una serie de actividades productivas con la esperanza de que principalmente las niñas y niños de Solumbre vean el comienzo de un nuevo futuro.

Es muy poco lo que se invertirá, pero puede ser sólo el inicio, dependerá de los pobladores y seguro que se contará con el apoyo de Ong’s e Instituciones amigas. La experiencia vivida en Piedra del Toro nos alienta a continuar en la lucha por preservar y hacer buen uso de nuestros recursos.

Ojala no haya una propuesta de venta más, ojala no haya mas ofrecimiento de dólares, ojala entiendan que la tierra se cuida, no se vende.

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