martes, 19 de marzo de 2013

“LAS NOCHES SIN LUNA DE DON RAMON DOMINGUEZ”


LAS NOCHES SIN LUNA DE DON RAMON DOMINGUEZ”
JOSE LUIS CARLIN RUIZ
Ordenando mis archivos encontré unas fotocopias de antiguas publicaciones de un diario regional, “seguro, estas me las dio Kiko…”, pensé. Después de Pedro Alvarado, el profe heredó la noble  tarea de preservar la historia de Morropón y me sentí comprometido  al leer esa publicación y  recordar  a la vez lo que he aprendido de ellos y como este importante legado no debe perderse jamás, me apunto en la lista para postular a ser un digno sucesor.
Kiko Sánchez viene aportando grandiosamente  a la cultura morropana y a su historia con algunas jóvenes publicaciones, entre ellas “Voces y letras  de Morropón”, en la cual rinde homenaje al Gran Ramón Domínguez, sin embargo el gran cumananero siempre anheló ver materializada su propia obra, han pasado ya muchísimos años y aún no hemos tenido el honor y placer de tener y  leer tan magnificas e inéditas composiciones; bien llegaría a nuestras manos, ya que a pesar de los esfuerzos hechos, nuestra herencia poética se está perdiendo, lo poco que queda se está volviendo algo comercial y parte de un show de noviembre en el que algunas personas se atreven a recitar cualquier barbaridad presentándola como cumanana ante un sorprendido jurado que no tiene otra salida que elegir un ganador;  a continuación una remembranza  al sueño quebrantado de Don Ramón de ver publicadas sus cumananas en un libro que el mismo llamó “Mis Noches Sin luna”, a través de un articulo publicado en el Diario El Tiempo en 1983:
Piura, domingo 10 de julio de 1983.
VENTANA ABIERTA
RAMON DOMINGUEZ SAAVEDRA
“EL ULTIMO CUMANANERO”
POR MANUEL ANTONIO ROSAS C.
La cumanana, de clarísima resonancia africana en su nombre, es un género literario que pertenece al acervo folclórico de la costa del Perú. Poesía improvisada al momento, permite que el autor de rienda suelta a su imaginación e ingenio para ir hilvanando con humor y picardía frases de marcado acento popular. Nicomedes Santa Cruz el gran decimista peruano y estudioso del folclore negro de nuestra patria ha recogido y dado a conocer este género poético; añadiéndole aquel sabor tan original que el imprime a sus interpretaciones. No se sabe con seguridad de donde vino o donde nació la Cumanana. Los folcloristas todavía no se ponen de acuerdo como ocurre también; con el tondero. Pero con toda seguridad el lugar donde se ha hecho, tradicionalmente; cumananas es Morropón. De allí que este íntimamente vinculado este pueblo piurano a tan criollo y hermoso género poético, como el solar en donde se ha conservado en toda su pureza esta expresión popular.
Ramón Domínguez Saavedra es un moreno, curtido por el ardiente sol; que vive en Morropón y quien con toda seriedad es el último de los auténticos cumamaneros que tenemos en el Perú. Casi ciego y pobre discurre sus años postreros entre la apacible calma morropana recordando días pasados entre peleas y jaranas. Su abundante producción de cumananas corre peligro de perderse si es que no consigue ayuda financiera para publicarla en un volumen que el quiere titular “Mis Noches sin Luna”. De fresca memoria  recuerda con encanto todo lo que ha salido de su ingenio desde aquellas cumananas que escribiera hace muchos años en su juventud; hasta las más recientes composiciones que le fluyen de sus labios cuando se propone deleitar  a un ocasional  oyente que le visita.
Ramón Domínguez Saavedra es autodidacta y aprendió el oficio de cumananero en su infancia escuchando a otros campesinos morropanos dialogar en verso en alguna fiesta popular. Nueve años tenía cuando compuso su primer verso. Desde entonces jamás ha parado de jugar con las palabras para abrir ventanas a su alma por donde salgan poemas de corte sencillo pero de hermosas cadencias. Su permanencia vital en el campo de tantos años le ha dado destreza para rimar con el nombre de los elementos del paisaje morropano; con los oficios y las costumbres de las gentes; con el habla socarrona y pícara de los negros que por varios siglos han vivido en ese valle caliente de Piura.
Una de las características principales de la Cumanana es que se improvisa como coplas y con el aire de desafío. Nicomedes Santa Cruz la consigna con este significado: “coplas cantadas en desafío, con acompañamiento de guitarra a la  manera tradicional de Piura”. Tiene pues este género de poesía popular la particularidad de invitar a la respuesta que debe ser en la misma forma y con el mismo estilo. En las fiestas de Morropón y de todos los caseríos de la zona las competencias entre cumananeros  fueron siempre una demostración clara y bella del alma campesina; con todo su ingenio y agudeza.
El mismo nombre de Cumanana revela de primera intención su ancestro africano. Los negros que fueron traídos en la época de la Colonia  a la zona de Morropón para ser empleados en las labores agrícolas trajeron su folklore vernáculo que fue conservado con bastante pureza; pero; que al fin; se mezcló con otros elementos del lugar y evolucionó hacia un mestizaje parecido al que se dio en Lima y en Chincha.
Ramón Domínguez Saavedra es un verdadero cumananero morropano y por eso pensamos debe ayudársele económicamente para que pueda él editar su obra y de esta manera salvar para la cultura peruana este aporte singular que tiene mucha importancia. Por sus padecimientos visuales ha tenido que dictar sus composiciones a otras personas para que se las copien. Un esfuerzo que no se puede quedar en el aire. “Mis noches sin Luna”, tiene que llegar a todos los peruanos para hacer justicia no solo al autor sino a la brava tierra de Morropón que debe ser reconocida en todo el Perú como la cuna de un mestizaje y de un folklore que son parte de la cultura peruana.
En esta búsqueda de identidad para la cultura piurana dentro del contexto de la cultura del Perú que constituye un desafío para los estudiosos y sociólogos que quieran rescatar para nuestro departamento aquellos aportes originales con lo que Piura ha contribuido, hay que dar especial importancia al elemento negro que también participó en el mestizaje que a lo largo de cuatro siglos y medio, desde el episodio fundacional de San Miguel en  Tangarará se fue decantando en estas ubérrimas tierras del norte.
Hemos visto como el Centro de Promoción y Capacitación  (CIPCA) ha publicado hace pocos varios volúmenes de gran contenido e importancia en relación con los aportes indígenas de esta zona. Un trabajo que ha dado a conocer la valía y la trascendencia de la cultura nativa  que lamentablemente había permanecido ignorado para muchos. De esta misma manera habría que acercarse a aquellos poblados, metidos en los campos; donde subsisten expresiones y giros de origen negro como son la cumanana y el tondero; además de voces y giros de estirpe africana.
Las coplas de Don Ramón Domínguez, romancero y campesino dichas al viento con libertad; debemos permitir que queden para siempre retenidas en el papel impreso; frescas y alegres para que todos los piuranos disfrutemos siempre con ellas.
Piura; julio de 1983.

Sin duda alguna una gran reto para quienes amamos la cultura e historia morropana, ojalá, usted amigo lector ya este interesado en dar su aporte y ser parte de esta gran aventura de volver a la vida  a través de la magia de la lectura a este gran morropano Don Ramón Domínguez, si las instituciones u organismos que se supone deben actuar y apoyar acciones como estas no lo hacen, la tarea esta en nuestras manos. Ojalá pronto, y con la venia   de los familiares, podamos en las  bibliotecas morropanas y de nuestro país, leer el prólogo firmado por Kiko Sánchez de un  libro titulado “Mis Noches Sin luna”…. 
Morropón 18 de marzo del 2013.

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