jueves, 8 de julio de 2010

MANCOMUNIDADES Y DESARROLLO LOCAL EN MUNICIPIOS RURALES

Mancomunidades y desarrollo local en municipios rurales
Martín Cornejo Cornejo


Después de una larga espera, el diez de abril salió publicado el DS No. 046-2010 – PCM que aprueba el reglamento de la ley de mancomunidades municipales. Deseamos que con este nuevo instrumento legal, quede zanjado este tema de la legalidad que ha distraído a las mancomunidades de sus objetivos principales por muchos años. Donde algunas como la mancomunidad Andino Central de Piura han tenido que reinscribirse hasta en dos oportunidades. Podemos estar de acuerdo o no con parte o la talidad del espíritu o contenido del reglamento. Particularmente me parece que faltó aclarar bien la naturaleza y por tanto la razón de ser de las mancomunidades. Así por ejemplo, tal como están expuestos sus principios y fines en los artículos tres y cuatro, no las diferencia en nada o casi nada en lo que corresponde a los gobiernos locales en forma individual por sí mismos. Considero que el principio de subsidiariedad debe ser uno de los principios fundamentales de las mancomunidades, pero entendido en el sentido que las mancomunidades deben actuar en materias de su competencia y cuando su actuación mejore los niveles de eficiencia y eficacia de los proyectos o servicios en comparación si los ejecutasen las municipalidades en forma individual. Igualmente en los fines, las mancomunidades en nuestro país están compuestas mayormente por municipios rurales y pequeños que tienen poca incidencia en el quehacer nacional. En ese sentido, las mancomunidades también cumplen un papel de representación y vocería de estos municipios que en forma aislada no son escuchados.

Por otro lado, consideramos oportuno, poner sobre la mesa algunas reflexiones que podrían servir para el trabajo con las mancomunidades En este pequeño aporte, espero brindar algunas ideas en ese sentido.

A partir de la década de los ochenta, asistimos a una revalorización del espacio local y de los territorios locales, como espacios privilegiados para la ejecución de políticas públicas tendientes a lograr el desarrollo económico y social de la población… “Esta nueva forma de concebir e implementar políticas públicas evidencia la crisis de los modelos tradicionales de gobierno e incorpora nuevos valores, nuevas visiones, nuevas prioridades y nuevas formas y estilos de gobierno de los territorios” (Gomá; Subirats, 2000; Pascual, 2004, citados por J. Romero). Ello debido principalmente a los siguientes motivos.

Las políticas neoliberales implementadas en todo el mundo en el marco de la globalización económica, se han mostrado eficientes para lograr altos niveles de crecimiento económico en muchos países, pero totalmente ineficientes para generar empleo de calidad y mejores niveles de vida en sus poblaciones, Mucho más para reducir los niveles de pobreza en los países en vías de desarrollo.
Existe una redefinición del territorio no solamente entendido desde el aspecto físico y como variable dependiente de los cambios y decisiones que se suceden a nivel macro, sino como espacio donde se realizan y se deciden una serie de relaciones sociales, económicas, políticas, culturales, etc. Es decir, el territorio es parte de los procesos que en él se desarrollan. Les da una particularidad, una identidad propia que al mismo tiempo los difiere de otros territorios. …El territorio es entendido como recurso, como patrimonio, como paisaje cultural, como expresión de la memoria colectiva, como bien público como espacio de solidaridad, como legado (J. Romero, 2005)
Generación y resurgimiento de nuevas identidades locales: políticas, culturales, sociales, etc. A diferencia de lo que se pensaba inicialmente, que el proceso de globalización iba a diluir estas identidades locales, hoy se tiene claro que éstas se han reforzado, redefinido y que las diferentes poblaciones buscan incorporarse al circuito mundial a partir de estas identidades, no perdiéndolas (Castells, 1998)
Exigencia de mayor participación ciudadana en los asuntos públicos. La gente actualmente demanda participar en la toma de decisiones que afectan su vida misma y el desarrollo de sus comunidades locales. ¿Donde invertir?, ¿en qué invertir? ¿Cuándo invertir? Son preguntas que actualmente los ciudadanos nos gustaría que nos hiciesen. Plantea también el reto de nuevas formas de gobernanza local donde se priorice el dialogo, la concertación y la generación de sinergias entre los diferentes actores locales.
Redefinición de las concepciones de espacio y tiempo donde ya no es tan importante la proximidad sino la conectividad. Así los territorios pueden estar más conectados a otros circuitos económicos que se encuentran lejos que a los propios territorios vecinos.
Fracaso de políticas sectoriales que tenían miradas muy parceladas de la realidad y muy desconectadas unas de otras, generando duplicidad, ineficiencia e ineficacia en las actuaciones.
Desarrollo de la concepción de la competitividad territorial, donde no solamente compiten empresas, capitales, sino los mismos territorios por atraer dichos capitales. En consecuencia, buscan desarrollar sus potencialidades, superar sus debilidades y limitaciones con la finalidad de mostrarse atractivos.

Como hemos señalado, todos estos procesos arriba mencionados han llevado a que actualmente haya una re valoración de los espacios locales. Además por que es allí donde realmente la gente vive, sufre y goza sus sueños, esperanzas y frustraciones, personales y colectivas.

Sin embargo, a la par de lo anteriormente dicho, o justamente por ello, surge también la necesidad de una redefinición de lo local. En efecto, tradicionalmente se ha definido lo local a partir de la división política administrativa del País. Por tanto, lo local, sería lo equivalente a lo municipal. Esta definición aceptada por mucho tiempo, es cuestionada en la medida que han surgido nuevas necesidades sociales, culturales, ambientales, económicas, de empleo, urbanísticas que no pueden ser explicadas desde esta concepción de lo local, y cuyas soluciones necesariamente pasan también por otras dimensiones y otros ámbitos que van más allá de lo estrictamente municipal. Las mancomunidades municipales están llamadas a constituirse en esas entidades supra municipales cuyo funcionamiento debe permitir hacer frente de manera conjunta a determinados proyectos o servicios de diferente orden que corresponden al ámbito municipal, pero que es difícil, sino imposible, que cada Municipalidad en forma individual lo pueda realizar de manera oportuna, eficiente y eficaz. Sobre todo las municipalidades con menor población o de características rurales, y por tanto son ellos los que más probabilidades y necesidad tienen de poder articularse en estas formas de cooperación municipal[1].

Sin embargo, también consideramos necesario tener cuidado cuando hablamos del desarrollo local, porque podemos estar poniendo sobre las espaldas de los actores locales tanto políticos, como económicos y sociales, las responsabilidades del desarrollo, olvidando que éste tiene condicionantes histórico estructurales que de alguna u otra manera afectan el accionar de los actores locales, mucho más en un contexto de liberalización económica y de re centralización de los recursos por parte de Estado. Es decir, en nuestro afán por promover el desarrollo local, corremos el riesgo de querer suplir lo que debería seguir siendo una responsabilidad del Estado: generar condiciones de bienestar para toda la población buscando la cohesión social y el equilibrio territorial en el desarrollo.

Desde España Valencia, 27 de Abril del 2010.

[1] En el Perú existen 1832 municipios, de ellos 970 tienen menos de 5,000 habitantes que corresponden al 52,9% del total de municipios del país y 1300 son considerados rurales.

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